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¿INVENTAR O DESCUBRIR?

B´H

¿Mami, quién inventó la electricidad? – lunes, 9:05 de la mañana. Noam en el asiento trasero del coche, yo conduciendo de camino al cole.

Como dice él cuando yo le pregunto: “Buena pregunta” – “Pues verás Noam, la electricidad la inventó HaShem y algunas personas como Benjamin Franklin descubrieron cómo usarla”.
Noam lo entendió perfectamente: “Ah! Como América, que la inventó HaShem hasta que la descubrieron Colón y sus marineros, ¿no mami?”.
“Exacto, como América, Noam, ya estaba “inventada” hasta que las personas la descubrieron”.

Sigo dándole vueltas al tema del Kashrut. Me resulta muy difícil explicar otras mitzvot si antes no has entendido la importancia del Kashrut. Es como intentar enseñar a leer a alguien que sólo sabe algunas de las letras que componen el alfabeto, pero no las sabe todas. Cuando esta persona intente leer un libro, no entenderá lo que está leyendo y lo más probable es que no termine de leer el libro. Lo mismo sucede con el Kashrut. Si no lo has probado, no lo vas a entender, ni vas a poder entender el resto del “libro de instrucciones”.

El Kashrut es algo así como “la toma de consciencia”. Hay tantas leyes que lo rodean que es imposible cumplirlas todas si no entiendes realmente qué estás haciendo: Si cae una gota de leche en un guiso de carne y la proporción de la leche es menos de una sesentava parte del volumen del guiso de carne, ¿se puede comer el guiso? ¿Y si un tercio de una cuchara de la vajilla de carne se ha sumergido por accidente en una cacerola que contiene comida láctea? ¿Qué pasa con la cuchara? ¿Y con la comida? ¿Y qué hacemos con la cacerola?

Cuando empiezas a comer Kosher (o Kasher, es lo mismo), empiezas a tomar consciencia de todo lo que te rodea y de todo tu interior.
Descubres, no inventas. Como la electricidad, como América.
Situaciones que antes pasaban delante de ti y que no tenían mayor trascendencia, de pronto, se vuelven muy relevantes. Ya hemos hablado de los “velos” que se depositan sobre tu corazón cada vez que ingieres algún alimento no Kasher. Pues cada vez que ingieres un alimento Kasher, des-cubres algo que estaba inventado pero que no eras capaz de percibir.

Supongamos que has tomado la decisión de comer Kasher y no quieres meter en tu cuerpo nada que sea Taref. Para saber si algo es Taref o no, tienes que conocer las leyes del Kashrut, de lo contrario lo único que conseguirás es tener buenas intenciones, pero nada más.
Cuando empiezas a profundizar en dichas leyes, vas entendiendo que a pesar de que el Kashrut está por encima de nuestra comprensión tal y como explicó el Rambam, las Halajot que nuestros Jajamim nos han dado, nos permiten entender el funcionamiento interno del Kashrut a la perfección. Todas, absolutamente todas las leyes del Kashrut, tienen una coherencia y una lógica… totalmente Kasher, valga la redundancia.

Te acabas de comprar un coche nuevo. ¿Le pondrías Diesel en vez de gasolina? Supongo que no, a menos que lo hagas por error. Por eso cada vez que vas a la gasolinera, te tomas la molestia de leer qué es lo que le vas a echar a tu coche: sin plomo 95, sin plomo 98, Diesel… Lees la etiqueta que hay en los diferentes surtidores y eliges el combustible adecuado para tu coche. Los demás combustibles no son malos, pero no son aptos para tu coche.
Cuando descubres el Kashrut, de pronto, esas comidas que antes estaban ahí y que no te suponían ningún problema, se vuelven como Diesel para tu coche de gasolina. Y ya no quieres comerlas. Nadie te lo impide, sencillamente sabes que no son aptas para ti.
De pronto descubres tu Neshamá, descubres esa parte de ti que ya estaba inventada pero que antes no habías sido capaz de descubrir. Como la electricidad, como América.

Nosotros descubrimos el Kashrut, pero está claro que ya estaba inventado.

Besorot Tovot

Comentarios

Moshe ha dicho que…
Muy buena pregunta!!!

Excelente explicación...



Baruch Hashem.

Gracias por compartirla.

Moshe

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